Educadores Regiomontanos

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Educadores regiomontanos

La siguiente lista de educadores fue seleccionada con el fin de dar a conocer a los personajes más representativos de la educación en Monterrey.

En la época colonial se destaca a los religiosos franciscanos y a los padres jesuitas, quienes fueron los promotores y fundadores el Colegio Seminario de Monterrey. En la época independiente se conoce a los principales fundadores de la instrucción superior y universitaria. Posteriormente, seguimos con educadores normalistas, grandes maestros y forjadores de múltiples generaciones de alumnos, quienes con una gran entrega y servicio han sido reconocidos por el Estado y la sociedad. Finalmente, terminamos con el recién siglo XX, sumando la participación de personajes que ayudaron en la creación de nuevas escuelas, materiales, sociedades, o carreras políticas, incluyendo aquellos que dejaron su huella en el nacimiento de las más importantes casas de estudio de Nuevo León.

I. Época Colonial

Melchor Barrera

Nació en el año de 1599. Se distinguió por conjuntar el oficio de escribano en el entonces pueblo de Real de Salinas (Salinas Victoria), y dedicarse a la instrucción de niños en la lectura y escritura.

Vicente Treviño

Originario de la ciudad de Monterrey, nació alrededor del año 1625. Radicó un tiempo en la villa de San Juan Bautista de Cadereyta, para después regresar, en el año de 1658, a Monterrey, donde se ocupó en el ejercicio de dar doctrina y enseñar a niños. Manifestó siempre un profundo interés por la educación al grado que, en el año de 1664, el ayuntamiento de Monterrey le concedió una renta de 12 pesos y medio para gastos educativos; y en 1685 obtuvo del mismo una merced de solar para el establecimiento de una escuela.

Manuel Mendoza

Llegó a la ciudad de Monterrey en 1686. Mendoza conjugó las labores de militar (sirviendo como soldado y alférez de campaña) y las de notario público. Igualmente, con la merced de solar que le fue concedida en 1686 para edificar su casa, instaló una escuela donde enseñar a los niños de la ciudad.

Martín de Arrambide

Fue nombrado maestro de escuela de Monterrey. Nombramiento otorgado en diciembre de 1741 por el visitador pastoral Obispo D. Juan Gómez de Parada.

 II. Misioneros franciscanos

La labor educativa de los misioneros durante la época colonial en el Nuevo Reino de León fue muy escasa e incipiente y, hasta cierto punto, desinteresada. Sin embargo, se reconoce la labor educativa de los religiosos franciscanos, quienes establecieron en el reino, centros de evangelización y castellanización en los solares anexos a los conventos a las iglesias. El Convento de San Andrés de Monterrey es un claro ejemplo de lo anterior, fue fundado en 1602 por frailes franciscanos, y en cuyo espacio aledaño funcionó la primera institución educativa de la provincia. Lamentablemente la labor franciscana fue truncada al secularizarle las misiones en el año de 1712, fecha en que fueron sustituidos por clérigos desatendiendo.

 

III. Los Jesuitas

Jerónimo López Prieto

Con permiso del Obispo Galindo, solicitó al gobernador Vergara, en 1702, una merced de manzana de tierra “para edificar una Iglesia a San Francisco Javier, hacer, contiguo a ella, un colegio y fundar un Seminario, servido por padres oblatos”. Diez u once años después, en 1713, ya se observaba la construcción del templo de San Francisco Javier, y se concedió, por parte del gobernador Mier y Torre, la certificación para la fundación del Seminario, establecimiento que, según se advierte, ya contaba con estudiantes y en funcionamiento. En 1715, el padre Jerónimo López Prieto hizo cesión de Templo, Sacristía y alhajas a la compañía de Jesús, y permaneció en Monterrey hasta 1719, año en que volvió al Colegio de los Padres Oblatos del Salvador, en Guadalajara.

Lic. Francisco de la Calancha y Valenzuela

Traído a Monterrey por el gobernador Francisco de Videgaray Calancha, fue un elemento importante que promovió el Colegio Seminario. Se distinguió no sólo por su labor sacerdotal, se dedicó también a la minería y ganadería, e incluso a la labor política. A la muerte del gobernador Videgaray, fungió en dicho puesto por un breve tiempo. El 23 de agosto de 1706, donó los bienes que poseía en Sabinas a la Compañía de Jesús para la fundación del colegio. Alrededor de 1714 donó nuevamente la posesión de un terreno y huerta a los jesuitas para que la juventud del reino tuviera la enseñanza, doctrina y buenas letras, así como un maestro que enseñara letras humanas y gramáticas. El clérigo murió el 29 de noviembre de 1722 y fue enterrado en la Iglesia de San Francisco Javier, de los jesuitas.

Ambrosio Llanos y Valdés.

Obispo originario de Jerez, Zacatecas nació en el año de 1726. Poseedor de una valiosa educación, estudió en el Seminario de San José, de Guadalajara y en el Seminario de México, además laboró como catedrático, vicerrector-rector y diputado conciliar en la Real Pontificia Universidad. Nombrado Obispo del Nuevo Reino de León por el Papa Pío VI, en sustitución del Ilmo. Rafael José Verger, llegó a Monterrey en diciembre de 1792 y fundó el Real y Tridentino Colegio Seminario. Institución que se consolidaría como el único establecimiento científico de educación en el noreste hasta mediados del siglo XIX. Además estableció, en 1793, el Hospital de Nuestra Señora del Rosario, promovió la expansión de la ciudad hacia el norte, encomendando la taza urbana al arquitecto Juan Crousset. Proyectó y planeó la creación de importantes obras como: Seminario, Palacio Episcopal, Hospital, Convento para monjas capuchinas, y otros que se vieron truncados por las diferencias surgidas con el gobernador Herrera y Leyva, lo que provocó la petición del prelado de trasladar la silla episcopal a Saltillo. Las obras quedaron paralizadas. Realizando el prelado de su vida pastoral, murió en Santillana el 19 de diciembre de 1799.

Cristóbal Bellido y Fajardo

Religioso franciscano y educador. Nació en 1748 en Morón, arzobispado de Sevilla, en España. Tomó el hábito y profesó en Sevilla. En 1770, pasó a misión a la Nueva España en la provincia franciscana de Zacatecas. En 1788, fue destinado al Nuevo Reino de León. En Monterrey enseñó filosofía y retórica en la cátedra fundada con el legado testamentario de doña Leonor Gómez de Castro. Tuvo como alumnos a Servando Teresa de Mier, Bernardino Cantú y otros. Desde 1787 era guardián del convento de esta ciudad y comisario de misiones. En ese año fue uno de los declarantes sobre las ventajas de Monterrey para establecer aquí el obispado. En 1789 ejerció como rector de teología y regente de estudios del Seminario de Monterrey. A solicitud suya fue expedida la Real Cédula de 22 de septiembre de 1794, con la cual se erigieron los conventos de Matehuala, Sierra de Pinos, Fresnillos, Jerez, el valle de Pilón y otros lugares. En 1798, estudió en Zacatecas como lector de teología y custodio. En 1800 estuvo en misión en la sierra de Nayarit.

 

IV. Siglo XIX

 

José Alejandro Treviño y Gutiérrez.

Nació en San Antonio de los Martínez (Marín) el 25 de febrero de 1759. Inició sus estudios con los padres franciscanos del convento de Monterrey. En el Colegio de San Felipe de Neri, en San Miguel el Grande, estudió retórica y filosofía; y, en 1785, pasó a la Universidad de México. Obtuvo título de abogado y ejerció su profesión en la Real Audiencia de México y, posteriormente, en San Miguel el Grande. En 1818 volvió a Monterrey. Tuvo distintos puestos políticos; en 1819 fue regidor de ayuntamiento, en 1820 fue alcalde de primer voto y ocupó interinamente el gobierno de Nuevo León. El 19 de enero de 1824 fundó la Escuela de Jurisprudencia, en el Seno de Seminario de Monterrey, donde fue nombrado director y catedrático, cargos que ejerció hasta su muerte. En ese mismo año, durante la creación del estado de Nuevo León, ocupó la presidencia del Tribunal Superior de Justicia, hasta su muerte. Murió en la villa de Guadalupe, N.L. el 1 de noviembre de 1830.

 

Felipe de Jesús Cepeda

Presbítero y educador. Nació en Saltillo en 1788. Estudió en el Seminario de Monterrey. donde fue profesor, vicerrector (1822) y rector (1842-45). En septiembre de 1822 tomó posesión del curato de Mier, Tamaulipas. Abrió en Monterrey una escuela en la cual preparó a los jóvenes para ejercer la docencia (antecedente de la Normal actual) y dio unidad y método a la enseñanza. Presidió, en 1842, la Junta Lancasteriana de Monterrey, bajo cuyo sistema fueron abiertas escuelas en esta ciudad y en Cadereyta. Como escritor colaboró en el Suplemento de la Gazeta Constitucional. Redactó además los siguientes libros de textos: Rudimentos de astronomía, geometría y geografía; Práctica de las sílabas; Rudimentos de ortografía, los cuales fueron usados hasta en 1888.

 

Claudio Francisco Gojón.

Educador, nacido en Francia. Estudió en la Escuela Normal de París, trabajó en Veracruz y en Tamaulipas, donde fundó escuelas de enseñanza mutua o lancasterania. El 23 de octubre de 1841 solicitó, al Ayuntamiento de Monterrey, enseñar en esta ciudad, y ofreció hacerlo por mil 500 pesos, no obstante que en Victoria percibía dos mil pesos. Presentó el plano de un aula francesa con modelos de mesas y bancos adecuados. Fue un maestro reconocido que enseñó idiomas, geografía, historia, retórica, lógica, filosofía, matemáticas, mineralogía, geología y algo de medicina y cirugía. Años después trasladó el colegio a Linares.

 

Antonio Tamez y Martínez.

Educador, orador y poeta. Nació en Monterrey en 1819. Ejerció como maestro empírico en escuelas de Monterrey y Montemorelos. Fue director de la primera escuela normal de Monterrey, establecida en 1844 con el sistema lancasteriano. Como orador, es conocido su discurso del primero de julio de ese año, con motivo de la inauguración de la escuela mencionada. Alcalde tercero de Monterrey en 1847. Presidente del Tribunal Municipal en 1850. Publicó versos en los periódicos locales, principalmente en 1863. Autor de Compendio de Filosofía moral (1862), suscrito solamente con las iniciales A.T. y M. 496.

 

Ingeniero Francisco Beltrán.

Nació en la ciudad de México el 2 de abril de 1862. Estudió en el Colegio Militar, del cual fue catedrático y en el que obtuvo título de ingeniero. En 1884, levantó la carta geográfica de Tamaulipas y el plano de Matamoros. Colaboró con el ingeniero Mayora en el proyecto y construcción de la Penitenciaría del Estado. Los proyectos originales para la edificación del palacio de gobierno fueron también obra suya en casi su totalidad. En la labor educativa fue catedrático del Colegio Civil, cuya dirección estuvo a su cargo en dos ocasiones, de 1905 a 1906 y de 1915 a 1917. Formó parte de la comisión de límites entre Tamaulipas, Coahuila, Nuevo León y los Estados Unidos, en 1892. Ya en las postrimerías de su vida, formó parte de la comisión organizadora de la Universidad de Nuevo León. A él se le debe la creación de la Facultad de Ingeniería. Murió en Monterrey el 8 de enero de 1934.

 

Amado Valdés

Nació en Santa Catarina en 1838. Estudió en el Seminario de Monterrey y en la Escuela de Jurisprudencia. Obtuvo el título de abogado en 1867. Alcalde primero de Monterrey del 28 de febrero al 1º de mayo de 1866, durante la ocupación francesa. Entregó el cargo al suplente Vidal Garza Mireles, en virtud de licencia que obtuvo “por un mes… con el objeto de preparar sus exámenes y recibirse de abogado”. Al año siguiente figuró como alcalde segundo propietario. Por muchos años se dedicó a la enseñanza primaria. Ya para el año de 1865 dirigía el 2º establecimiento de niños, en la calle de San Francisco. En 1871 fue director de la Escuela Normal. En el número 25 de esa misma calle murió el 31 de abril de 1875. Era, al morir, el secretario del Tribunal de Circuito de Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas.

 

V. Normalistas

Simón del Bosque (1892-1982)

Nació en Monterrey, Nuevo León. Murió en la misma ciudad. Profesor por la Escuela Normal de Nuevo León, en 1913. Dedicado a la enseñanza comercial abrió en Linares una escuela en 1933, la cual mantuvo hasta 1950, año en el que estableció la Academia Altamirano, en Monterrey.

Germán Cisneros Farías (1940)

Nació en Monterrey el 5 de diciembre. Obtuvo título de profesor por la escuela Normal Miguel F. Martínez. Licenciado en derecho por la Universidad de Nuevo León, en 1967. En cursos intensivos (de 1961 a 1965) hizo la especialidad en psicología educativa, en la Escuela Normal Superior de México. Catedrático fundador de la Escuela Normal Superior de Nuevo León y subdirector de ésta de 1968 a 1972. Catedrático de la Normal Miguel F. Martínez desde 1967 y director de las Escuelas Normales del Estado de 1971 a 1973.

Serafín Peña (1844-1926)

Nació en Los Lermas, municipio de Guadalupe N.L., el 21 de marzo. Murió en Monterrey el 7 de mayo. Cursó latinidad, teología y derecho canónico en el Seminario de Monterrey. Ingresó después al Colegio Civil, pero interrumpió sus estudios al iniciarse en el magisterio como ayudante en la escuela Amado Valdés. Concluida la intervención francesa (1867) abrió una escuela en Monclova y dirigió más tarde la de Bustamante. Vuelto a Monterrey introdujo con Miguel F. Martínez importantes innovaciones en los sistemas de enseñanza. Director general de Instrucción Pública (1901-1907) fue también director de la Escuela Normal de Profesores. Exquisito poeta, su producción literaria quedó diseminada en diversas publicaciones periódicas de su tiempo. El Congreso del Estado lo declaró, en 1918, benemérito de la educación nuevoleonesa.

 

Manuel E. González

Nació en Villaldama N.L., el 27 de agosto. Murió en Monterrey el 19 de mayo. Recibió título de profesor en la Escuela Normal de Monterrey, el 31 de mayo de 1913. Ejerció la docencia en diversas escuelas locales. Residió temporalmente en Baja California. Volvió a Monterrey en 1934 para dirigir la Escuela Abelardo L. Rodríguez de 1938 a 1939. Secretario de la Dirección General de Educación, 1939-1943. Fue también inspector escolar. En 1944 fundó el Colegio Guadalupe Victoria, de enseñanza primaria y secundaria. Durante veinte años fue catedrático de la Escuela Normal. Murió en ese plantel, cuando fungía como sinodal en unos exámenes profesionales. Fue miembro de la Sociedad Nuevoleonesa de Historia, Geografía y Estadística.

 

Pablo Livas (1872-1915)

Nació en Marín, Nuevo León, el 15 de diciembre. Murió en Laredo, Texas, el 18 de febrero. En la sucursal de Colegio Civil, establecida en Marín, cursó dos años de estudios superiores. Recibió su título de profesor el 7 de agosto de 1897. Cursó, además, dos años de jurisprudencia. En 1901 fue nombrado director de la Academia para señoritas, e inspector escolar. Fue catedrático de la Escuela Normal, distinguiéndose por sus innovaciones como educador. Publicó La Escuela Nuevoleonesa, donde dio a conocer sus escritos pedagógicos. Colaboró también en El pobre Balbuena, Claro-Obscuro y El Espectador, de Monterrey. Fue también redactor de El Progreso, de Laredo, Texas. En 1972 fue declarado Benemérito de la educación.

 

Miguel F. Martínez (1850-1919)

Nació en Monterrey el 5 de julio. Murió en la misma ciudad el 3 de febrero. Estudió en el Colegio Civil. Cursó la carrera de ingeniero topógrafo con el ingeniero Francisco L. Mier. Obtuvo el título el 21 de octubre de 1871. Tuvo el cargo de ingeniero de la ciudad. Sirvió al ejército bajo las órdenes del general Jerónimo Treviño. Cultivó la música; fue un excelente flautista. Dirigió una escuela primaria municipal. En 1881 dirigió la Escuela Normal de Profesores, que volvió a tener su cargo en 1886. Intervino en la creación de la Biblioteca Pública del Estado, en 1882. Organizador, en 1888, de la II Exposición Industrial del Estado. Creó, en 1892, la Academia Profesional para señoritas. Director de instrucción pública en 1892. Comisionado para inspeccionar la Normal de Coahuila, rindió un informe al respecto en 1895. Director general de instrucción pública en el Distrito Federal de 1892 a 1900. Director del Colegio Civil de Nuevo León en 1900 y 1901. Consejero ex-oficio de la Universidad Nacional, desde su fundación en 1910. Director de la Escuela Normal Nacional de maestros de 1911 a 1914. Vuelto a Monterrey, en 1915, fue nombrado director de las Escuelas Normales del Estado. Ocupó varios cargos de elección popular. Fue senador del estado de Durango. Asistió a muchos congresos y fue miembro de importantes sociedades y academias científicas. En 1880 fundó, en Monterrey, El Horario. Dirigió también El Jazmín, ambos con cuerpo redactor de mujeres. Fundó en México el Boletín de instrucción Primaria y la Escuela Mexicana. Escribió bajo el seudónimo de Lino. En 1918 el Congreso del Estado le declaró Benemérito de la educación nuevoleonesa, en unión del maestro Serafín Peña.

 

Plinio D. Ordóñez (1882-1970)

Nació en Montemorelos, Nuevo León, el 13 de enero. Murió en Monterrey el 17 de junio. Estudió en su lugar natal. Ingresó a la Escuela Normal, en Monterrey. Recibió su título de profesor el 5 de junio de 1900. Dirigió las escuelas primarias de General Terán y Villaldama. En 1915 fundó en Monterrey el Colegio Renacimiento, el cual mantuvo hasta 1925. Fue director (1921-1925) y secretario (1927-1941) de las Escuelas Normales del Estado y catedrático de las mismas desde 1913. Fundó y organizó, en 1921, la Escuela Femenil Pablo Livas. Redactor de las leyes y planes de estudio de la enseñanza primaria, normal y superior correspondientes a los años de 1922, 1935 y 1940. En 1924 organizó el IV Congreso Nacional de Pedagogía, celebrado en Monterrey. Miembro ex-oficio del comité organizador de la Universidad de Nuevo León, en 1933. Miembro del Centro Literario de Monterrey, de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística y de la Sociedad Nuevoleonesa de Historia, Geografía y Estadística. De esta última fue presidente honorario hasta su muerte. Fundador y organizador de la Biblioteca Pública de Montemorelos, misma que lleva su nombre. El Congreso del Estado lo declaró Benemérito de la educación en 1968. Varias escuelas de Nuevo León llevan su nombre.

 

Moisés Sáenz

Nació en El Mezquite, municipio de San Francisco de Apodaca, Nuevo León, el 16 de febrero de 1888. Después de concluir su educación primaria, continuó sus estudios en el Colegio y Seminario Presbiteriano de Coyoacán, en la ciudad de México, entre los años de 1903 y 1907.

Las inquietudes educativas de Sáenz se manifestaron cuando organizó y llevó a cabo el Primer Congreso Pedagógico en Guanajuato.

De 1917 a 1920, Sáenz dirigió la Escuela Nacional Preparatoria. Su gusto y afición por el deporte lo llevó a organizar el primer encuentro atlético interescolar de la ciudad de México.

Como hombre de ciencia e investigador, Moisés Sáenz fue siempre educador. Su opinión sobre la educación era la siguiente: “La escuela primaria debe preocuparse de que el niño conozca y sienta la naturaleza; la secundaria debe preparar al joven para la ciencia pura y debe ser un puente entre los conocimientos de la primaria y lo que estudiará en las escuelas profesionales o de especialización.”

Murió en 1933, en uno de sus viajes por Sudamérica.

 

María W. Benavides (1865-1948)

Maestra decana de la educación, nació el 28 de septiembre de 1865 en la Hacienda de la Arena, jurisdicción de Pesquería, China, N.L. Su instrucción primaria la realizó en Vallecillo, N.L, y en 1881, fundó una escuela en San Nicolás de los Garza. En 1884 se incorporó al personal docente en la escuela de su tía Luz Benavides, una de las primeras instituciones privadas en Monterrey. En 1889 participó en un ciclo de conferencias pedagógicas impartidas por don Miguel F Martínez y, en 1892, inició su formación docente como una de las primeras alumnas inscritas en la Academia Profesional de Señoritas, primera institución en ofrecer la especialidad. Después de graduarse, continuó su labor pedagógica como maestra normalista, catedrática y comisionada para organizar los primeros grupos, tarea que realizó de 1894 a 1915, ocupando, de 1908 a 1912, la dirección de dicho plantel. Ni el ambiente de tensión vivido por la Revolución ni la posterior presión con la llegada de las corrientes socialistas en los años treinta, la hicieron desistir su entrega en la labor educativa. La Universidad de Nuevo León le confirió el honroso título de “Doctor Honoris Causa”. Murió el 23 de diciembre de 1948.

 

Francisca Ramírez Anguiano (1884-1951)

Educadora, nació en Monterrey el 2 de abril de 1884. Estudió en la Escuela Normal. Tuvo a su cargo diversos planteles. Comisionada por el gobierno de Nuevo León en 1905, tomó cursos especiales en los Estados Unidos para la implantación de la enseñanza a nivel kindergarden. Fue también directora de la Escuela Femenil de Artes y Labores Pablo Livas de 1921 a 1925. Murió en Monterrey el 6 de octubre de 1951.

Angelina Garza Villarreal

Nació en el municipio de General Terán, donde cursó su instrucción primaria. Posteriormente, su familia se trasladó a la ciudad de Monterrey donde, en el año de 1921, ingresó a la Escuela Normal del Estado, dirigida por el distinguido educador Plinio D. Ordoñez. Recibió su título en el año de 1925, y fue elegida para trabajar en la Escuela José Joaquín Fernández de Lizardi, donde los normalistas realizaban observaciones escolares. Motivada por las dificultades para enseñar a leer y escribir con los libros de texto de entonces, creó un método distinto al escribir El Libro de Oriente, texto que fue aprobado por una comisión integrada por Ciro R. Cantú, Oziel Hinojosa y Timoteo L. Hernández. A partir de entonces, durante más de tres décadas, fue un libro clásico para enseñar a leer y escribir. Su labor educativa continuó a través de los años, siendo también catedrática de la Escuela Normal Superior del Estado. Falleció el 30 de julio de 1978.

 

Eduardo Aguirre Pequeño (1904-1988)

Nació en Hualahuises, Nuevo León, el 14 de marzo. Murió en Monterrey el 18 de julio. Estudió en el Colegio Civil, de Monterrey. Obtuvo el título de médico por la Universidad de Nuevo león, en 1932. Le fue otorgada, en 1945, la beca Guggenheim para la Escuela de Medicina Tropical de la Universidad de Tulane. Dedicado a las ciencias biológicas, fue profesor de la materia en el Colegio Civil, en la escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional y en la Facultad de Medicina de la UNAM. Concurrió a numerosos congresos científicos, nacionales y extranjeros. Director del Colegio Civil; del Instituto de Orientación Social; de la Facultad de Medicina y del Instituto de investigaciones Científicas, todos de Monterrey. Fundador y director del Boletín de este instituto. Especializado en el mal del pinto, publicó abundantes trabajos sobre el tema. Realizó una experiencia personal autoinoculándose el virus de esta enfermedad, a fin de observar su desarrollo. En 1972 ganó el premio “Luis Elizondo” y la medalla Nuevo León al mérito cívico, en 1986. Doctor honoris causa por la UANL, en el mismo año.

 

Guillermo Benavides Uribe (1911-1966)

Nació en Monterrey el 18 de noviembre. Murió en la misma ciudad el 26 de junio. Hizo aquí todos sus estudios. Obtuvo el título de médico por la Universidad de Nuevo León. Catedrático de la Facultad de Medicina y director de la Escuela de Enfermería y de la Escuela de Trabajo Social. Colaboró en El Norte y en El Porvenir, de Monterrey. A su muerte, su biblioteca fue donada a la Biblioteca Municipal Felipe Guerra Castro, de Monterrey.

 

VI. Universitarios

 

Héctor González (1882-1948)

Nació en Monterrey el 27 de diciembre de 1882. Realizó sus estudios en el Colegio Civil, obteniendo su título de abogado por la Escuela de Jurisprudencia en 1906. Fue miembro de la Sociedad Científico-Literaria José Eleuterio González, fundada en 1899, y miembro fundador, en 1912, del Ateneo de Monterrey. Catedrático durante muchos años del Colegio Civil y de la Escuela de Leyes. En 1933 formó parte de la comisión que proyectó la Ley Orgánica de la Universidad de Nuevo León y fue elegido primer rector de la misma. Formó parte, en 1943, de la comisión que proyectó el escudo de Nuevo León. También fue miembro fundador de la Sociedad Nuevoleonesa de Historia, Geografía y Estadística, en 1942, y del Centro Literario de Monterrey. Tuvo además una importante carrera como periodista, intervino en importantes publicaciones como Revista Contemporánea (1909); el semanario de Zigzag (1911-1912). Fue editorialista de El Porvenir (1920-1924), director de El Sol; y de Mundo Nuevo (1935); todos de Monterrey. Fue autor también de obras como: Biografía del Padre Mier (1910), Estudios Literarios (1911); El Cuervo (traducción del poema de Edgar Allan Poe, 1920); Siglo y Medio de Cultura Nuevoleonesa (1946); Historia General de Literatura (1948), por mencionar algunos. Murió el 2 de agosto de 1948.

 

José Alvarado (1886-1947)

Nació en Villaldama, N.L., en 1886. Inició sus estudios en su pueblo natal, y, en 1900, ingresó a la Escuela Normal de Monterrey, donde fue discípulo de Miguel F. Martínez, Serafín Peña, Pablo Livas y otros. Recibió título de profesor en 1904. Director de la escuela oficial de Salinas Victoria. Tuvo a su cargo el Colegio de Acuña, de Saltillo. Dirigió la escuela pública de Lampazos. Con motivo de la Revolución de 1910, se trasladó con su familia a Monterrey. Fue catedrático del Colegio Juárez, de la Escuela de Bachilleres, la preparatoria Álvaro Obregón. Secretario general del Consejo Universitario en 1933, y consejero exoficio de la enseñanza superior. Murió en Monterrey en 1947.

 

Raúl Rangel Frías (1913-1993)

Nació en Monterrey el 15 de marzo de 1913. Cursó la instrucción primaria en el Colegio Hidalgo, el Bachillerato en el Colegio Civil. Fue miembro del grupo Alfonso Reyes. Inició su carrera profesional en Nuevo León, la concluyó en la ciudad de México. Recibió, con mención honorífica, su título de abogado en 1938. Profesor de la Facultad de Derecho de Monterrey, de la Escuela Nocturna de Bachilleres y de la Preparatoria del Instituto Laurens. En 1944 fundó las revistas Armas y Letras, y Universidad. Fundador de la escuela de verano a la que dio un gran impulso. Director y fundador de la Facultad de Filosofía y Letras. Fue también rector de la Universidad de Nuevo León de 1949 a 1952, reelecto para el período de 1952 a 1955. Fue electo gobernador constitucional de Nuevo León para el período de 1955 a 1961. Impulsó la cultura en todos los órdenes. Construyó la ciudad universitaria. Fundó el Museo Regional de Nuevo León, la Biblioteca Universitaria Alfonso Reyes y dotó de un edificio especial para el Archivo General del Estado. Colaboró además en numerosas publicaciones, particularmente en El Porvenir. Designado, en 1975, titular de la Dirección General de Investigaciones Humanísticas, de la Universidad. Fue delegado en Nuevo León de la Secretaría de Educación Pública. Autor de numerosas obras: Apuntes Históricos del Colegio Civil (1931), Identidad de estado y derecho en la teoría jurídica pura de Hans Kensen (tesis, 1938); Situación económica de las universidades… (1953); Hidalgo y la patria mexicana (1953); Discursos universitarios (1959); Testimonios (1961); Discurso final (1961); Evocación de Alfonso Reyes (1963); Gerónimo Treviño. Héroes y epígonos (1967); Cosas nuestras (1971); El reino. Un libro de relatos (1972); José Alvarado en el recuerdo (1975); Alma Mater (1984); Federico Cantú y su obra (1986): El Anáhuac, a través de Alfonso Reyes (1988), Antología Histórica (1989); y Memorias (1990). El 7 de febrero de 1984 la Universidad de Nuevo León le dio título de doctor Honoris Causa. Murió en Monterrey el 8 de abril de 1833. Sus restos incinerados descansan en la cripta del templo de la Purísima.

 

 

Fuentes Consultadas:

  • Cavazos Garza, Israel. Escritores de Nuevo León. Diccionario Biobibliográfico. Monterrey: Universidad Autónoma de Nuevo León, 1996.
  • Educadores de Nuevo León. Universidad Mexicana del Noreste. Monterrey, N.L.: Editorial Aprender a Ser, 2001.
  • Personajes de Nuevo León. Monterrey: Instituto Nacional para la Educación de los Adultos, 1991.
  • Tood, Luis Eugenio, coord. Historia de la Educación en Nuevo León. México, 1991. Tomo I, III y IV.
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Hermann Gil Robles

Director de Inbound Marketing en Diis Mkt. Especializado en periodismo on-line con enfoque en arquitectura de información. Catedrático en el Tec Milenio y narrador. Autor de los libros: No hay buen puerto, Fuera de la Memoria, Los Sueños de los Últimos Días, La Ciudad del Olvido. Obtuvo el Premio Binacional de Novela 2016 Frontera de Palabras / Border of Words.

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