Filosofía por venganza: el teísmo.

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Filosofía por venganza: el teísmo.

Filosofía por venganza: el teísmo.

Considero una asignatura pendiente conocer algo de la evolución del pensamiento a lo largo de la historia de la humanidad. De hecho, casi lo es en mis exámenes de acceso a la universidad, donde aprobé filosofía con un 5, la mínima puntuación necesaria.

La nota media de todas las asignaturas me servía para estudiar lo que quería, así que ese 5 no debería haberme importado. Pero lo hizo. El problema no fue aprobar por los pelos —un 5 en cualquier otra asignatura me habría dado lo mismo—. Tampoco fue porque la filosofía fuera mi asignatura favorita —siempre he preferido las ciencias a las letras—. El verdadero motivo fue una frase de Mariví, mi profesora de filosofía en el instituto.

Unos días antes de la selectividad, Mariví; con la que, por decirlo suavemente, no me llevaba muy bien; me dijo, en una de sus clásicas anti-arengas a toda la clase: “Y usted, señor Prieto, no va a sacar más de un 5”. Recuerdo que lo dijo casi con un tono de amenaza, como si dependiese de ella. En su momento no le di importancia. Pero el día que supe la nota, su desagradable voz apareció en mis oídos repitiéndome una y otra vez su frase de pitonisa. Luego me emborraché con los amigos para celebrar que había conseguido entrar en la facultad que quería, y la voz desapareció.

Pero, desde entonces, cada vez que recuerdo esa historia, me invade la sensación de haber sido victima de una extraña trama. Dada nuestra tensa relación y su personalidad arisca y vengativa, la veo capaz de haber organizado algo así como “la conspiración del 5” expresamente para mí.

Pero, en el fondo, me alegro de que esa anécdota me haya marcado en cierto sentido. Recordar su profética frase ha hecho que, cada vez que resuena en mi cabeza, me interese más la filosofía. Eso, en mi opinión, es bueno, aunque la causa de ese interés sea una especie de estúpida vendetta contra alguien de quien no he vuelto a saber nada en los últimos 16 años. Dicen que la venganza se sirve en plato frío, y yo creo que en 16 años el plato ya se habrá enfriado bastante.

Esta sed de venganza ha despertado en mí una renovada curiosidad filosófica, que me ha llevado a descubrir “Philographics”, el trabajo del diseñador gráfico catalán Genis Carreras, disponible en: http://www.geniscarreras.com. En él, representa las distintas corrientes filosóficas mediante diseños sencillos pero muy bien estudiados, con formas y colores simples. Estos dibujos minimalistas me han llamado la atención, y he decidido aprovecharlos para escribir una pequeña columna semanal acerca de ellos. Intentaré hacerla cronológicamente, así que este primero será el de la corriente filosófica del teísmo.

El teísmo es la primera, más longeva y más extendida corriente filosófica que ha desarrollado el ser humano, y podría resumirse como la creencia en una o varias deidades creadoras del universo y regidoras del mismo a su antojo. Esa creencia no se basa nunca en un método científico, aunque algunos teísmos intentan aplicar la lógica para deducir que existen. Pero esa lógica suele ser un tanto… laxa.

En el mundo occidental existe desde la Grecia antigua (1200 a.C. – 146 a.C.), en el momento en que los griegos empezaron a explicar los fenómenos de la naturaleza inventándose dioses y más dioses.  No ha existido una civilización más creativa que la antigua Grecia. Tenían un dios para todo. Incluso había una diosa encargada de servir la bebida. La escanciadora oficial. También se inventaron un sitio donde todos los dioses se reunían: el Olimpo, y los metieron allí para hacer sus cosas de dioses: dirigir el destino de la humanidad; y sus cosas de no tan dioses: liarse unos con otros como si de un Gran Hermano divino se tratara.

En el mundo oriental, el teísmo es todavía más antiguo. Se remonta a la que se dice que es la tradición religiosa más antigua: el hinduismo, que surgió en el II milenio a.C. Es una de las religiones más curiosas que existen, con conceptos como el karma, que determina en qué te reencarnarás en tu próxima vida. Aunque creen en la existencia de un dios único, aceptan que este puede tener cualquier forma; de manera que cada uno puede adorar a la representación que más le guste, desde un insecto palo hasta la vecina del tercero. El cristianismo es “algo” menos tolerante con eso.

En la actualidad, el teísmo lo toca absolutamente todo por todo el mundo. Desde asuntos trascendentales como la explicación del origen del ser humano —cristianismo, islamismo, budismo, etc. tienen la suya propia—, hasta temas tan anodinos como el nombre de marcas de todo tipo de productos. Desde Nike hasta el Renault Clio, pasando por las maquinillas de depilación para mujer Gillette Venus.

Yo, por mi parte, siempre he sido un ateo convencido, aunque con los años he pasado de creer que los dioses no existen, a no creer que los dioses existan. Debe ser que me he vuelto algo más tolerante. Eso sí, mi nivel de agnosticismo sigue intacto y muy fuerte.

Mi siguiente venganza: el idealismo.

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About Author

Carlos Prieto

Narrador. Coautor de "Bocados Sabrosos" editorial ACEN (Madrid, 2011); del libro de micro relatos "Pluma, tinta y papel", editorial diversidad literaria (Madrid, 2012) y del libro de poesía "Versos en el aire" editorial Diversidad Literaria (Madrid, 2013) Autor de la novela Luke R. (Madrid, 2013) editada en Amazon en versión Print ( http://www.amazon.es/Luke-R-Carlos-Prieto-Minguela/dp/1481284894) y digital para Kindle (http://www.amazon.es/Luke-R-ebook/dp/B00ANIWAW0)

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