“Buenas tardes. El gobierno ha aprobado la esperada reforma legislativa por la que se rebaja la mayoría de edad de los 18 a los 14 años. Con esto, junto a la disminución de los impuestos del alcohol y el tabaco, se espera que las arcas públicas recauden un 30% más que en años anteriores…”
Aporrean la puerta justo cuando la tele, y todas las luces del despacho, se apagan solas, quedando iluminado solamente por la tenue luz de la luna que entra por los ventanales.
—¿Qué ha pasado con la luz? —pregunta la mujer mientras deja el mando a distancia sobre la mesa y se levanta a abrir.
—Estamos en peligro, tía —gritan desde el otro lado de la puerta.
—¿Qué ha pasado? —abre la puerta para ver la cada desencajada de su sobrino.
—Nos ha llamado mientras volvía al orfanato con la mercancía. Solo le ha dado tiempo a decir que le han tendido una emboscada.
Una de las vidrieras del despacho se rompe en mil pedazos y un chorro de sangre salpica la cara del sobrino, que intenta sin éxito sujetar el cuerpo de su tía mientras este se desploma.
