El mazatleco Roberto Blancarte fue recibido como el nuevo miembro colegiado en El Colegio de Sinaloa esta mañana, en una ceremonia solemne a la que asistieron diversos representantes de instituciones de educación y cultura de la entidad.
Entre los miembros colegiados asistentes estuvieron Élmer Mendoza, Enrique Patrón de Rueda, José Ángel Pescador Osuna, Jaime Labastida, Jaime Martuscelli, María Aurora Armienta, Federico Páez Osuna y el colegiado presidente, José Enrique Villa Rivera.
Ante Diario Cultura, Roberto Blancarte mencionó que se siente muy contento y muy honrado de ser recibido en tal institución. Blancarte entra para suplir el vacío de la opinión histórica y antropológica que el fallecimiento del doctor Sergio Ortega Noriega dejó el año pasado.
“En el caso del legado del doctor Ortega Noriega hemos estado pensando en rendirle homenaje, precisamente yo creo que será una de nuestras primeras actividades. Yo creo que como el legado de muchos de los miembros fallecidos es muy importante y hay que rescatarlo y mantenerlo en memoria”, explicó.
Su discurso de ingreso se tituló El occidente de occidente: Sinaloa y los valores de nuestra civilización y en él exploró el tema del fundamentalismo religioso y su relación con la cultura occidental, que es en la que México está envuelto.
“Quiero hablar sobre algunos temas de los que he estado escribiendo últimamente y algunas preocupaciones que mezclan, de alguna manera, mi carrera como internacionalista, como comunicador y como sociólogo. En México cuando hablamos de valores la tendencia es asumir que se trata de valores morales o religiosos, tampoco que más allá de las tendencias de cada quién, necesitamos reforzar un corpus de valores cívicos capaces de reforzar nuestra vida en común, nuestro tejido social. Ante la crisis social, la violencia incontrolada, la inseguridad, el crimen organizado, los muertos, los desaparecidos, invocamos, con alguna razón, la ausencia de valores y su difusión, sobre todo entre las generaciones de jóvenes”, aclaró.
Mencionó que más de algún gobernante ha dicho esto porque cree que los jóvenes no creen en Dios, y ha desatado campañas tan salvadoras como mortíferas que han desatado campañas que generan más violencia y dan pocos resultados positivos en el único ámbito en el que los funcionarios públicos deberían estar interesados: el mantener el orden y la cohesión social o la convivencia ciudadana.
“Al mismo tiempo, desde México observamos con cierta distancia y una relativa inquietud lo que sucede en otras latitudes como Europa o el Medio Oriente. Ahí vemos lo que debería ser un ejemplo de las simplificaciones que aquí hacemos: jóvenes gritando que Dios es grande antes de degollar a víctimas inocentes o de atacar a civiles indefensos en la ciudad de Paris. En ese ejemplo, los jóvenes están en un caso supuestamente contrario, muchos de ellos, nacidos en países europeos, reniegan de las naciones que acogieron a sus padres y que los vieron nacer para enarbolar una cultura inmensa en la religión y clamar desde ahí venganza”, continuó.
Preguntó ¿qué es lo que hace que jóvenes socialmente marginados, pequeños delincuentes, de repente se lancen a la guerra santa contra Occidente, y cuál es su conexión con nuestros jóvenes que le entran a un cartel organizado? ¿Cuál es el papel que representa la religión en estos medios? Y posteriormente en el desarrollo de su discurso fue dando respuestas a estas preguntas y a más, para caer en una conclusión aterradora: Occidente tiene más amenazas del propio Occidente, que de Oriente.
Al evento también asistieron Gómer Monárrez González, secretario de Educación; Enrique Inzunza Cázarez, magistrado presidente del Supremo Tribunal de Justicia y Salvador Vega y León, Universidad Autonoma Metropolitana.
